te absorbo toda la humedad
con mi desierto...
y con el calor... entibiar Tu Otoño, Vida...
perderme en tus pechos
y penetrarte amorosamente
hasta que, como animales,
frenéticamente poseernos
y terminar mirando el techo
con la típica sonrisa orgásmica
pensándonos…
en el próximo sublime pecado
que vendrá luego
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