estar en una nueva profundidad donde la
constante presión y tensión revela las huellas
que no se ven del placer, evitarnos es el mejor
afrodisíaco, nos transforma traernos a la mente,
sitio que reconocemos en nuestras voces que
mutan en aliento y el final de la página…
comienza así…
mi voz mental llegando a su noche
aire de nada tibio en un no beso acariciando
sus labios que se abren instintivamente al
oírme llegar recorriendo la superficie que se
hincha en la imaginación de mis demonios
que invaden su exhalación reemplazando
viejas cenizas para que el fuego funcione,
poder así leer la mejor manera de poseerla
apropiándome de su sabor y gusto
la legión coordinada se cuela por la boca, Ella
puede sentir desde adentro como toman su
cuerpo adorándola en cada músculo, utilizando
lo sutil para excitarla en cada punto impensado
y sensible de su interior el calor acelera los
demonios, que entre roses arañando de forma
sublime su cuello hombros brazos manos dedos
espalda glúteos piernas pies, la relajan y a la vez
aceleran su pulso vientre cobrando vida como
agitado mar cuando desde dentro de sus pechos
siente el hormigueo lascivo constante en sus
pezones endurecer a explotar al mismo tiempo
en que la acción interior de esa energía se traslada
desde las puntas de sus dedos como labios besando
y succionándolos hasta los lóbulos ensordeciéndola,
sabiendo lo que viene y a la vez sin querer conocer
el gusto que la tensiona
pequeños choques eléctricos y algunos endemoniados
besos provocados por mi loca mente se abren paso por
los poros de su piel para convertir las sensaciones en
internas y también en superficiales bocas devoradoras
de sus deseos sin manifestación material de mi parte
la humedad se hace notar entre sus nalgas a casi un
orgasmo contagiando sus labios vaginales latiendo en
la oscuridad sin prisa, sus pechos se hunden a la
excitación al cubrirlos con miles de lenguas cortándole
la respiración al sorprenderla cuando la sensación dentro
de su vagina se materializa y el estado de excitación pasa
a un enloquecido y descontrolado placer multiplicando mis
demonios que intensifican su energía hasta cubrirla de
sensaciones y… orgasma… orgasma a mares…
finitos espasmos interminables inundando mi desierto
paisaje hasta absorber cada uno de mis demonios
aniquilándonos al momento de su agitada y final pasión
la hoja en su última letra comienza a incinerarse, las
llamas alumbran su piel y el humo negro fantasmal la
cubre, despojos carbonizados se pierden en algún
lugar de la nada
el secreto…
solo lo sabe el Universo
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