Me dejo llevar opacándome
perdiendo colores que no me interesan,
oculto bajo sus sabanas
escribiendo en blanco y negro
anillando historias
lanzado a la tibieza de su piel,
sentir como duerme profundamente
verla soñar, sufrir, gozar, vivir
hasta convertirme en ese fuego
que derrite su blanca muerte
y en cada gota que cae
me extingue lentamente
hasta convertirme en cenizas
donde la simple brisa me lleva
y solo queda el sitio donde estuve
con la esperanza de que me recuerde
que alguna vez…
estuve ahí
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