La maquina cosiendo retazos
en el llano erial sin registrar bullicios
velozmente me hundo
sin desesperarme hasta llegar
a la base de lo profundo
ecos de sonidos jamás escuchados
golpean a medida se acercan
transformándose en melodías tristes
Mirándome… mi cuerpo duerme
Y esa nota sostenida que me lleva
alejándome de lo conocido hacia el silencio
donde el mundo deja de existir
esperándome…
como un niño perverso,
mi parte egoísta y solitaria
encontrando fantasías
para cuando regrese
escribir lo que me regalaron
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