bronce atardecer anticipándose
a la religión intoxicada de oxigeno
los demonios y los guías se activan,
mi ciego cuerpo despierta en la fuerza
de algún espacio del Universo acústico,
vibrando por las marcas escalonadas de
las sombras que invitan a lo desconocido
en su riqueza sin agenda, sin sentir el tiempo,
abandonando los deseos, dejándome llevar
por su energía hasta levitar en el vacío del
todo donde el alma queda satisfecha en la nada
el cuerpo...
sigue latiendo a su "muerte"
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