en contra del Universo, me detengo
mientras el sol erosiona mi figura
sobre el suelo
la luz me aplasta verticalmente,
su calor impacta viajando por
mi cuerpo anulando mis sentidos
en completa soledad, abro los ojos,
mis manos sacan del bolsillo un
chocolate, veo el color dorado de
la envoltura, puedo oír el ruido al
desnudar el aroma amargo afrodisíaco
del dulce que se derrite en mi boca
comienzo a caminar, mi cuervo pensamiento
enluta los cielos y en cada paso que doy
sobre el puente, mi sombra comienza
arar sobre la superficie gris del medio día
es un golpe de suerte haberme
dado cuenta que…
a veces…
no se por qué, me quejo tanto
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