el monumento a la gilada se derrumba
careta por no bancarse el rechazo, buscando
a mil teatros, su obra maestra ofreciendo
café en saquitos y vinos agrios de oferta
la persecuta se nota y mis demonios vomitan
en cada una de sus funciones
los guías amables y en silencio afilando dagas
entre palabras de mugre, ofrecen sus gentilezas
depositando mierda
la hora del sol es así, aniquilando mis ojos
acostumbrados a la muerte
Noche… te espero en silencio
Noche… enséñame a oír Tu llamado
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