en infierno templo vibrante
se abre de lo gris a la oscuridad
Gótica Diosa en cielo tempestad
ofreciendo sus agonías en alivio
a mi siempre sin fondo deseo
como hambriento abismo cubro la
entrada salida inundada en voraz
necesidad consumiendo hasta la
última luz de energías arañando
su piel pared erizada
la abundancia va cediendo hacia
la debilidad total, en daga final
a su muerte apuñalo una y otra vez
la misma herida sangrante hasta que
la sensibilidad se apodera de Ella a su
nada fuerza, en ese último hilo cristalino
elástico de su ahora extinguida vida
mis demonios furiosos, aún en pie de guerra
ríen cínicos al sueño agitado de la Diosa
porque la invasión fantasmal a su cuerpo
le ha llegado la hora
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