ruego muerte hacia el
muro cordillera que devora
el oro hasta convertirse en
diamante negro esperándome
en calor distinto primavera
cristales giro techan cementerio
sombras alfombran silencio, brisa
de ciudad hasta el silbido que lima
el luto ahora polvo oscuridad
bolero rabioso en calma veloz
limpia la noche perlando intemperie
sostenido por los centinelas que bailan
como olas de mar bravío
en quietud sepulcro mi alma respira
la juventud de las tinieblas mientras
mi niño interno, sonriendo madrugada
rockea en juego de pensamientos
hasta que el giro comience a parir el alba
Esos niños no perecen jamás… Ellos pronuncian su más puro gemido, más allá del tiempo y de las sombras…
ResponderBorrarBello y profundo, Chante.
Abrazos, y feliz día.
jamás !!!! ... son un siempre con nosotros
Borrar\m/ GB \m/... buen resto de jornada Poetisa... Abrazo Heavy