en la hora maldita cuando el ser humano
duerme, sueña, muere, se pudre…
abandono mi humanidad, endemoniado
hambriento sediento… salgo en su busca
Diosa Noche a media miel cubriendo sus pechos
vestida a piel bronceada, mis perversas alas la
cubren en sus últimos días veranos pellizcando
sus duros pezones inviernos
masturbo su oscuridad descubriendo entre
sus piernas, salvaje humedad otoñal
perverso a sufrir reclamo su orgasmo
devorando a marcas las curvas que me matan
cuando su paisaje vibra a mi señal hasta correrse
en fricción clitoral
su vulva late abierta bendiciéndome con sus
bautismos hasta calmar mi desierto que maldice
por más en ese infierno vivo donde mi lengua se
quema al desaparecer entre sus paredes internas
en su agitación en su mirada cínica y maliciosa
me exorciza al entregarle mi energía fantasmal
que me come con gula hasta quedar rendido en
su oquedad… ... ...
. . .
las lápidas ardientes callan
dos Universos en las sombras sonríen
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