noche sangre de media vida
a brisa furiosa de cielo ceniza
apagando los colgantes
raíz oscura buscando cielos
a fuego de mil demonios en
imágenes que buscan ser leídas
la voz látigo sisea entre apagones
cegadores y tiembla el templo entre
cortos silencios
estalla la calma
me convierto en mi propia religión
me convierto en mi propio dios y
desaparezco de mí mismo
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