Su imagen la tengo viva
en esa fiesta que nunca comienza
piel que me quema, piernas
excitantes
senos vivientes su
boca aliento a Mar
y sus ojos clavados a mi mirada
todo un paisaje inquietante en mis sueños
tormentosos y húmedos
devorarme su salvaje cuerpo una y otra vez,
emanciparlo de heridas, fumándola a escondidas
noche tras noche,
la melodía del océano
entre las sombras
siguiendo sus huellas
el silencio me aleja
sin dejar de abrazar la oscuridad
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