En los mundos de infiernos,
donde mi imaginación enloquece
por raptar Tu tiempo finito
un segundo en el fondo
de mis negros pensamientos,
cerrando en Tu primera noche fría,
la lujuria y el descontrol
otro segundo fabricando deseos de madera,
frotándonos hasta arder en hogueras de sensaciones,
iluminando la oscuridad
y a la hora del último calor de brazas,
desaparecer entre mis abismos,
sin despedidas, totalmente consumido
solo una muerte pasajera
en el templo escondido,
dibujando Tu cuerpo de mujer
esperando que la luz muera
para verte renacer
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