separo las estrellas, que,
como lagrimas caen
abrazando los pies del horizonte
ardiendo en canículas minutos
apagándose vistiendo la noche
de oscuridad
tiniebla desde arriba
tiniebla desde abajo
mis ojos intemperie la iluminan
sombra hermosa mujer modelando
su cuerpo entre baños de mi lujuria
sus pechos danzan como bozal
apetito en mis fauces demonios
mientras su infierno se liquida
apuñalándose a si misma a los
latidos bombeo de sangre que
mantienen dura la daga venosa
avivando sus fuegos de desesperación
arqueándose hasta la liberación de toda
sus energías placer
onírica entre sus efluvios
rendida hacia los cielos
el aroma de su vagina que late
me lleva entre caricias a
devorar sus ultimas fuerzas
y… sin dejar de mamar su vulva
hasta el no rastro de la historia reciente